domingo, 30 de octubre de 2011

Da de beber a los pájaros en el Pabellón de Barcelona


Ya conocéis mi extraña debilidad por las casas para pájaros, por no hablar de mi devoción por Mies Van der Rohe y su Pabellon para la exposición internacional de Barcelona en 1930, uno de los edificios icono de la trayectoria del arquitecto y todo el Movimiento Moderno. Así que podéis imaginaros la sonrisa que he esbozado al ver este bebedero de pájaros inspirado en el Pabellón de Barcelona.
Fabricado en madera y diseñado por Monique Engelund, se trata de una versión reducida y un tanto modificada del mismo, pero conserva el juego de planos y la piscina, que hace las veces de bebedero.
Si queréis hacer gala de vuestro amor por la arquitectura y atraer a los pájaros más ilustrados del barrio, sólo tenéis que desembolsar los 150 euros que cuesta el bebedero, clavarlo en alguna zona del jardín, poner un poco de agua y alpiste y a disfrutar. Lástima no ser un pajarito para poder pasar por ahí a beber.

Lámpara con estrellas colgantes para un dormitorio infantil


La verdad es que lo que estaba mirando en el catálogo de Laura Ashley no tenía nada que ver con esto en un principio, pero he visto la lámpara y me encantó, es una lámpara pensada para un dormitorio infantil, pero bueno, yo creo que también podría quedar bien en otros espacios, todo depende de como estén decorados, estoy segura de que les gustará a muchos adultos.
A mi me ha encantado tanto la forma de la lámpara en sí, la elección de los colores, con predominio del blanco sobre el azul y sobre todo las estrellas colgando, de hecho se me ha ocurrido que hacer un móvil con estrellas de cartulina para bebé no es nada difícil y visto lo visto puede quedar súper bonito para colgar sobre la cuna o como adorno en cualquier zona de la habitación.
Hay pocos motivos tan perfectos para decorar en el techo como las estrellas, es algo que gusta tanto a niños como a niñas y de todas las edades, desde bien pequeños nos llama la atención el firmamento y nos sigue asombrando aún cuando ya somos mayores, por eso creo que es algo que no tiene edad.

viernes, 7 de octubre de 2011

Pecera derretida



La verdad es que las peceras son de los elementos decorativos que más me llaman la atención de todos los que solemos enseñar por aquí. Hoy os traigo una, que como los relojes de Dalí, parece que se cae por el borde de la mesa.
Esta pecera derretida hará las delicias de los amantes del surrealismo y seguro que vuestros peces estarán encantados de tener más perspectiva que habitualmente. La idea ha surgido del estudio británico Psalt Design y, como en otras ocasiones, es solo un prototipo aunque es posible que en algún momento se comercialice (o consigáis convencer a un artesano vidriero para que os haga una pecera así).
¿A vosotros os gustan las peceras tradicionales o apostáis por usarlas también como elemento decorativo? Aunque no tengo peces, confieso que me atrae la idea de adquirir una de estas y hacerme un terrario, seguro que mis visitas alucinarían con el invento.

sábado, 1 de octubre de 2011

Un almacenaje divertido en las alturas



Los niños lo ven todo de manera diferente a como lo vemos los adultos, para ellos la imaginación no tiene límite y no se dejan intimidar por prejuicios ni patrañas de mayores. Les enseñamos a ordenar y a veces lo ven como una tarea aburrida, muy aburrida. Si al menos pudieran tener un almacenaje divertido en las alturas para subir todas esas cosas hasta más allá de las nubes, cerca del sol, por dónde pasan los aviones…
De la imaginación de alguien que no ha olvidado su infancia y tuvo esas ensoñaciones llega esta estupenda idea: un sistema de poleas para alzar varios cestos en los que organizar los juguetes. Me diréis que no es cómodo, ni práctico, que si el polvo, que si se estropea el techo. Lo sé, pero hoy me he levantado con el espíritu de niña y no voy a dejar que ninguna de esas salvedades me condicione. Me imagino bajando el cesto de los osos y, de vuelta, deseándoles buen viaje hacia el más allá, es decir, ese techo que se convierte en un cielo de sensaciones. 
Ignoro si los peques se cansarán de hacer subir y bajar las poleas, pero seguro que durante una buena temporada trabajarán como locos agradeciendo el trabajo que los mayores han hecho con este entramado mágico. La gracia del proyecto está en tres detalles. Por un lado, los cestos deben ser bonitos, como veis en este caso se trata de cestos de colores que armonizan con el resto de la habitación. El segundo detalle es ser certero en la ubicación de cada polea, equilibrando el conjunto para que quede dinámico y bien repartido. Y en último lugar, el panel de mandos (por llamarlo de alguna manera) en el que cada polea tiene marcado el nombre de su contenido.

Recicladecoración: transforma la cuna en un escritorio



Cuando llega un nuevo hijo, los padres no paran de comprar complementos para el bebé con los que no saben muy bien qué hacer una vez el niño (o el último de sus niños) crece. Pasa muy a menudo con las cunas, aunque hoy os propongo una manera de reciclarlas que seguro que os gustará tanto a los mayores como a los peques.
Con un poco de maña es fácil convertir la cuna del bebé en un bonito escritorio que podrán aprovechar los niños mientras crecen para hacer sus deberes o para colorear esos libros que tanto les gustan. Para la transformación, han quitado uno de los laterales de la cuna para que las niñas accedan más fácilmente a la mesa.

El tablero lo han tenido que encargar a medida, ya que antes ahí había un somier, y con gran tino lo han pintado de pintura negra o de pizarra para que les sirva como superficie extra de pintar, ya se sabe que a los niños no les basta con los folios. Unos ganchos colgados de los barrotes puede ayudar a los peques a colgar algún material de escritorio como botes o tijeras.
La verdad es que a mí esta recicladecoración me ha encantado porque la duda de qué hacer con las cosas del bebé es una pregunta que atormenta a todos los padres. Lo malo es que la mesa les servirá solo unos pocos años, ya que pronto dejarán de caberles las piernas debajo pero no me digáis que no es una preciosidad.

Hazlo tú mismo: arbolitos otoñales con bolsas de papel



No sé si será por los pompones, de los que como recordaréis soy incondicional, por los colores o por lo fácil que parece hacerlos, lo cierto es que cuando me he encontrado esta mañana con este trabajo deKatie de Matsutake en el blog de Craftzine he pensado inmediatamente en compartirlo con vosotros.
Para realizar estos arbolitos otoñales de troncos retorcidos sólo necesitaremos algunas bolsas de papel, cola y unos pompones de lana. En América son muy habituales las bolsas de papel para guardar el sandwich, pero aquí podemos utilizar las de las frutas, las del pan o sustituirlas por tiras de papel de embalar que retorceremos para formar tronco y ramas.
En cuanto a los pompones ya sabemos como hacerlos: enrollando hebras de lana en dos rosquillas de cartón y cortándolas después por el centro. En este caso debemos poner especial cuidado en escoger restos de lana de colores marrones y anaranjados, para que nuestros arbolitos queden a tono con la estación. Sería aconsejable que no hiciéramos el pompón muy grueso, tiene que quedar un tanto deslavazado, con aire decadente, como vemos en la imagen.
Y ya está, sólo tenemos que buscar un sitio para nuestra obra. ¿Os animáis a hacerla este fin de semana? Si tenéis alguna duda, en el blog de Katie, cuyo enlace encontraréis al final del post, podéis ver todas las fotos con el paso a paso.

Oink!, las huchas de cerdito se reinventan



Empezamos el mes de octubre con un complemento simpático que podemos colocar en cualquier estantería, aunque corren tiempos difíciles para el ahorro, algo siempre podemos juntar en unahucha, la de forma de cerdito es una de las más clásicas y tradicionales, pero tal vez por eso ya era difícil conseguir que su aspecto encajase en algunos ambientes de estilo moderno.
Por eso ha tocado reinventarlas y darles un aspecto más abstracto, que se mantiene dentro del mismo concepto, la hucha sigue recordando a un cerdito, pero ya no lo es y su nombre para que quede claro es Oink!. Además la tenemos disponible en varios colores, no solo en rosa, también en blanco o en negro, para elegir. Cuesta algo más de cincuenta euros y puede ser un detalle gracioso para regalar, tanto a niños como a adultos.

Aquí podéis ver todos los modelos de los diferentes colores, en la hucha podemos meter tanto monedas como billetes bien doblados y no hay que romperla para vaciarla, se puede abrir sacando los corchos, a mi la que más me gusta es la rosa, aunque el negro y el blanco le den un aire aún más actual, supongo que es que yo soy un poco clásica.